En el Corredor Seco de Centroamérica, la sequía, acompañada de fuertes tormentas, ha
devastado los terrenos y a los agricultores. Oxfam y un socio local están introduciendo nuevas
técnicas agrícolas, y con ellas oportunidades de ingresos para mujeres y hombres jóvenes.
La agricultora Rubia Martínez Guevara se calza botas de goma, se sujeta el pelo, se ata una
bobina de alambre al cinturón, llena un tanque con pesticida casero y se echa a la espalda una
bolsa de abono de 18 kilos. Es el comienzo de su jornada laboral. Pero en lugar de dirigirse a
los campos, entra en una estructura similar a un invernadero -de unos 65 pies de largo, 16 de
ancho y 13 de alto- donde las hileras de plantones se extienden de un extremo a otro.
Se trata de un macrotúnel, una estructura ligera de madera y bambú recubierta de tela
diseñada para proteger las plantas jóvenes de las plagas y las lluvias torrenciales. Es el último
de los esfuerzos de Oxfam para aliviar el impacto de la crisis climática en los agricultores de El
Salvador. Combinados con fertilizantes y pesticidas orgánicos, elaborados por los propios
agricultores, los túneles reducen el riesgo de pérdidas devastadoras de las cosechas.
Dentro del túnel hace calor -alrededor de 100 grados Fahrenheit- pero las plantas prosperan.
Las mangueras de riego por goteo las mantienen regadas, y el fertilizante y los pesticidas están
haciendo claramente su trabajo. Ahora, Martínez Guevara y su equipo cultivan tomates y chiles
verdes, pero todo parece posible.
Martínez Guevara, que vive en San Simón, Morazán, tiene 22 años y procede de una familia de
agricultores de subsistencia. Ahora, ella y sus hermanos cuidan de sus padres ancianos, que la
ayudan en el proyecto del macrotúnel. "Estoy emocionada porque pronto tendremos un negocio
de hortalizas. Incluso en las sequías, pasaremos menos hambre, porque tendremos nuestra
propia comida", dice. "Para mí, eso es un gran logro".
El proyecto incluye 14 escuelas de campo en los departamentos de Morazán y San Miguel,
cada una con 25 participantes jóvenes adultos que han luchado por encontrar empleo en las
duras condiciones económicas de las zonas rurales de El Salvador. "Me pasé tres años
buscando trabajo desde que terminé el bachillerato", cuenta Martínez Guevara.
La Fundación Campo (FC), socia de Oxfam, encabeza la iniciativa del macrotúnel. El proyecto
forma parte del programa de desarrollo rural de FC, que se centra en revitalizar las devastadas
economías locales del Corredor Seco, proteger los recursos naturales y reforzar la capacidad
de las organizaciones locales para gestionar los desastres, todo ello con la vista puesta en la
inclusión de los jóvenes y la promoción de la igualdad de género. Oxfam ha ayudado a FC a
mejorar sus capacidades técnicas y analíticas para que puedan llevar a cabo actividades
humanitarias eficaces y bien orientadas en comunidades duramente golpeadas por la sequía y
otras emergencias. "Ahora las comunidades están formadas y mejor preparadas para las
emergencias", afirma Inmer Arguet Ramos, de FC. "Se están volviendo más productivas y
resistentes".
Martínez Guevara está sintiendo los efectos del proyecto del macrotúnel mucho antes de la
primera cosecha. "Lo que estoy aprendiendo es valioso y me siento una persona útil. Lo mejor
de todo es que como mujer joven puedo cultivar la tierra, que es lo que me gusta hacer", dice.
"Por fin he encontrado un trabajo que me da esperanza"
"Los macrotúneles no sólo nos proporcionan alimentos; brindan a las mujeres
jóvenes la oportunidad de tener un trabajo mejor y un futuro mejor." - Rubia Martínez Guevara,
en la imagen.