Desde finales de 2020 se puso en marcha la “Guía para elaborar un plan nacional de despliegue y vacunación para las vacunas contra la COVID-19” de la Organización Panamericana de la Salud [1], en donde se brinda orientación a los gobiernos nacionales en la elaboración y actualización de su plan nacional de despliegue y vacunación (PNDV) para las vacunas contra la COVID-19. Este documento se enfoca principalmente en la preparación regulatoria, estimación de costos y recursos financieros de los países para la adquisición de vacunas; determinación de grupos objetivos; estrategia para la administración de vacunas (en cuanto a cadena de suministro, recurso humano, cadena de frio); vigilancia de la seguridad; y sistemas de seguimiento de la inmunización.
En él, se recomienda a los países basar la toma de decisiones para la estrategia de vacunación sobre los grupos objetivo según criterios de riesgo epidemiológico, priorizando en primera fase, a todo el personal de salud (del sector público y privado) ya que por la naturaleza de su trabajo, tiene la mayor probabilidad de verse afectado por la COVID-19; y seguido a este, se recomienda a los países la priorización de la población mayor y las personas con comorbilidades, que presentan un mayor riesgo de sufrir consecuencias graves o muerte por la enfermedad. Y aunque dentro de los objetivos generales, el documento establece lo siguiente:
Lograr la equidad en el acceso a las vacunas debe ser un principio rector de todos los países, de forma que logren proteger de forma adecuada a los grupos poblacionales que se vean más afectados por la carga de la COVID-19.
Y dentro de los indicadores para el seguimiento del progreso de la inmunización para vigilar la distribución equitativa en distintos grupos de población del país, se incluye la siguiente recomendación:
Otras variables de equidad (opcional, cuando sea posible): Por grupo socioeconómico, etnia, grupo lingüístico, religioso u otros grupos socialmente desfavorecidos
Esta guía funciona como una referencia general, y no incluye consideraciones internas del contexto propio de cada país que pudieran asegurar el acceso equitativo a la vacunación contra COVID-19 a todas las poblaciones. Para el caso de países de la región como Guatemala, El Salvador y Honduras, con amplias desigualdades socioeconómicas y territorios y poblaciones heterogéneas, ignorar estas variables en la implementación del despliegue vacuna se traduce en un acceso desigual a la vacuna, creando poblaciones y territorios con altas coberturas, y otros con muy bajas.
Esta es una iniciativa impulsada por el Programa de Oxfam en Centroamérica en Guatemala, El Salvador y Honduras.
El presente documento “Brechas de la vacunación contra la COVID-19 en Guatemala, El Salvador y Honduras” es una investigación elaborada en el marco de los estudios de la Serie Regional para la Vacunación Universal contra la COVID-19, realizada con el apoyo de Oxfam en América Latina y el Caribe y de la Plataforma Vacunas para la Gente en Latinoamérica, con el fin de documentar la situación de la pandemia y la vacunación en estos tres países de Centroamérica.